DECALOGO DEL CANTOR
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1
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Todo instrumento musical es digno de participar en la liturgia, si se toca debidamente.
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2
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Todo canto que se usa en la liturgia debe ser compuesto expresamente para ella.
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3
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El canto y la música deben estar al servicio de la palabra. Esta debe entenderse claramente.
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4
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Canto, música y letra deben ayudar a la comunidad a expresar su fe cantando.
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5
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El canto y la música son parte integrante de la celebración litúrgica, nunca motivos de adorno o lucimiento personal.
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6
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Deben preferirse los cantos inspirados en los Salmos o en la Palabra de Dios a otro tipo de cantos llamados piadosos o sentimentales.
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7
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Los cantos que acompañan una canción litúrgica: entrada, presentación de los dones, comunión, no deben prolongarse más allá de esos momentos.
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8
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El canto debe apoyar y expresar la acción litúrgica que se realiza: procesión de entrada, presentación de dones, comunión, etc.
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9
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Los cantos y la música que se toquen deben estar de acuerdo con los tiempos litúrgicos que celebra la Iglesia.
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10
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Deben excluirse de la acción litúrgica los cantos y la música compuesto para otros fines, independientemente de su belleza o nobleza.
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